La Coordinadora Feminista marca este 8M como el de la lucha contra el borrado de las mujeres

Manifiesto de la Coordinadora Feminista de Burgos

Este 8 de marzo desde la Coordinadora Feminista de Burgos, volvemos a unirnos para visibilizar nuestra agenda feminista, nuestros motivos para seguir saliendo a la calle, porque aún nos queda un largo camino.

 Somos conscientes de que estamos viviendo una situación complicada y dura, que no ha hecho más que agravar y empeorar la situación que vivimos las mujeres. En este año de pandemia, nos hemos convertido en más precarias, más invisibles y más vulnerables. La crisis sanitaria está actuando como un tupido velo que oculta la situación que estamos viviendo, e incluso la campaña que pretende borrarnos como sujetos con derechos.

Pero las feministas seguiremos unidas en la lucha, denunciando todas las discriminaciones que sufrimos por el mero hecho de ser mujeres. Porque hoy, más que nunca, es necesario denunciar las realidades que nos oprimen por haber nacido mujeres.

En este sentido, vemos cómo se está poniendo en duda el concepto mismo de mujer, que se intenta enterrar con neologismos y giros lingüísticos posmodernos, como hablar de seres gestantes, menstruantes o uteroportantes…,  que no hacen otra cosa que invisibilizarnos. Por ello, consideramos que es necesario hacer una pedagogía de la discriminación que sufrimos por haber nacido mujeres. Una categoría que hace referencia a nuestro sexo, a nuestra biología, pero a la que el Patriarcado ha asignado una serie de roles y estereotipos que son el origen de nuestra discriminación.

PERO ¿QUÉ SIGNIFICA SER MUJER? Para explicarlo, vamos a utilizar el texto publicado por Amparo Mañé que responde a quienes se hacen esta pregunta

  • Ser mujer es que nos agredan desde que nacemos. Desde agujerear nuestras orejas hasta mutilar nuestros genitales.
  • Ser mujer es que controlen férreamente nuestras capacidades sexuales y reproductivas. 
  • Ser mujer es que nos enseñen a avergonzarnos de nuestro cuerpo desde la infancia, porque parece que nacemos estropeadas y tenemos fecha de envasado y de caducidad, cada vez más temprana.
  • Ser mujer es haber recibido una educación formal e informal que nos sitúa en una posición inferior y de sometimiento a nuestros compañeros varones.
  • Ser mujer que nos puedan prostituir y explotarnos reproductivamente, vendiendo nuestros cuerpos y nuestra dignidad al mejor postor, con el amparo de una sociedad que mira hacia otro lado y hace de la violencia contra las mujeres la norma.
  • Ser mujer es vivir en un mundo que legitima los abusos y normaliza la violencia que se ejerce contra nosotras. Que nos hipersexualicen para reducirnos a meros objetos de consumo que únicamente sirven para satisfacer a los hombres. 
  • Ser mujer es que un hombre pueda violarnos impunemente, y por ello debemos cuidarnos, cubrirnos y taparnos para no despertar los instintos primarios de aquellos a quienes el Patriarcado considera seres racionales.
  • Ser mujer es que nos hayan degradado a la categoría de objeto sexual a través de la pornografía, que presenta las vejaciones, agresiones y humillaciones sexuales contra nosotras, como algo sexy y profundamente satisfactorio, y que esto haga que entendamos la sexualidad, tanto los hombres como nosotras, de una forma asimétrica y nunca placentera para nosotras.
  • Ser mujer es que nos hayan inculcado que vivimos para otros, que los cuidados nos corresponden por amor, y que el amor no tiene precio. Y como no tiene precio, todo lo puede, aunque acabe matándonos quien decía querernos.
  • Ser mujer es que nos traten con condescendencia, con desprecio y soportar todo tipo de violencia si osamos traspasar cualquiera de los límites que el Patriarcado nos impone.
  • Ser mujer es que nuestra seguridad, nuestra integridad y nuestra vida no estén nunca suficientemente garantizadas. Que haya espacios y tiempos que no nos pertenecen porque son peligrosos para nosotras y si los traspasamos, la culpa sea nuestra.
  • Ser mujer es que tengamos un suelo pegajoso y un techo de cristal que nos limita nuestras oportunidades laborales y profesionales, siendo jóvenes porque estamos en edad fértil y siendo mayores, por serlo. Que cobremos menos por igual trabajo, que lo que hacemos, valga menos.
  • Ser mujer es ver reducida nuestra pensión por haber tenido que renunciar a un desarrollo profesional, al tener que sostener la base de la sociedad (Gestar, criar y cuidar).
  • Ser mujer es que nos desprecien, acosen, marginen, nieguen, oculten o arrebaten nuestros méritos. Que debamos callar siempre lo que pensamos porque si hablamos somos ignoradas, acusadas de mentirosas, o se apropian de nuestras palabras e ideas.
  • Ser mujer es ser más de la mitad de la población y sin embargo, poseer el 1% de la tierra mientras que los hombres poseen el 99%.
  • Ser mujer es que nos invisibilicen en el lenguaje y, desde la infancia, nos inculquen que debemos sentirnos incluidas en el “masculino”, porque esta es la medida de todas las cosas.
  • Ser mujer es aceptar que todos los colectivos discriminados son cosa nuestra, pero la lucha contra nuestra opresión es permanentemente relegada.
  • Ser mujer es ver cómo se inventan todo tipo de falsos síndromes para consolidar la creencia de que mentimos o manipulamos y arrebatarnos a nuestra descendencia para favorecer a padres, que de repente tienen el “síndrome de la paternidad sobrevenida” para vengarse o para ahorrarse la pensión.
  • Ser mujer es ser consciente de que la justicia es menos justicia para nosotras, porque si denunciamos, somos juzgadas y si no denunciamos quedamos indefensas.


TODO ESO, todas estas situaciones injustas y muchas más, son GÉNERO y el Feminismo es el la movimiento organizado y pacífico que lucha por acabar con ellas. 

Las feministas, por lo tanto, reclamamos la superación del género opresor para conseguir el fin de la explotación y garantizar la igualdad de derechos, nuestra dignidad y EL RESPETO que merecemos, que no es ni más ni menos que el que tienen los hombres. Esta debe ser nuestra agenda, esta es nuestra meta y no debemos perdernos en el camino.

Seguiremos unidas en esta lucha y nos tendrán de frente quienes, aunque utilicen mensajes progresistas y posmodernos, quieran colar un discurso misógino y patriarcal que haga retroceder el avance de nuestros derechos.

UNIDAS SOMOS MÁS FUERTES, UNIDAS SOMOS INVENCIBLES. VIVA LA LUCHA DE LAS MUJERES.La Coordinadora Feminista marca este 8M como el de la lucha contra el borrado de las mujeres

La Coordinadora  Feminista burgalesa se ha marcado de cara a la celebración del próximo 8 de Marzo como objetivo reivindicar la lucha contra el borrado de las mujeres. Para esta agrupación, conformada por diferentes asociaciones por la igualdad y contra la violencia de género, es imprescindible combatir el hecho de poner en duda el concepto de mujer, que se intenta enterrar con neologismos y giros lingüísticos posmodernos que no hacen otra cosa que invisibilizarlas.

Por ello, en esta jornada -marcada inevitablemente por las restricciones que impone la pandemia- se pretende realizar una labor pedagógica que pasa por reiterar cuáles son las discriminaciones que las mujeres sufren ‘de serie’ solo por serlo. 

En este sentido, lejos de ayudar, el preocupante empeño por parte de algunos sectores de diluir qué es ser mujer e infundir una deliberada confusión que pasa por mezclar los conceptos ‘sexo’ y ‘género’ dinamita la lucha feminista.

Todavía, actualmente ser mujer supone en innumerables ocasiones que te agredan desde que nacemos; que controlen férreamente las capacidades sexuales y reproductivas, o que te trasladen la obligación de avergonzarte de tu cuerpo desde la infancia, porque parece que nacen ‘estropeadas’ y tienen fecha de envasado y de caducidad, cada vez más temprana.

En relación con el primer factor mencionado, la violencia de género sigue azotando con fuerza la vida de muchas, acabando en numerosas ocasiones en un asesinato o provocando que ellas mueran en vida.

Precisamente no se puede obviar el infierno que ha supuesto para las mujeres víctimas de maltrato una pandemia que las ha obligado a estar constantemente con su agresor. Las situaciones de crisis -en otro plano, se podría poner de ejemplo la que vivimos en el mercado laboral- son siempre más graves para ellas.

En síntesis, la situación provocada por la COVID-19 está actuando como un velo opaco que oculta la creciente vulnerabilidad de las mujeres e incluso la aludida campaña que pretende borrarlas como sujetos con derechos.

Por todo ello, desde la Coordinadora Feminista esta pandemia no solo no frena sus reivindicaciones, sino que las intensifica. No existe pretexto para dejar de luchar, pues el fin de la desigualdad se encuentra muy lejos y de todas nosotras y nosotros depende encontrarnos en una sociedad equitativa, justa y sin discriminación cuanto antes.La Coordinadora Feminista marca este 8M como el de la lucha contra el borrado de las mujeres

La Coordinadora  Feminista burgalesa se ha marcado de cara a la celebración del próximo 8 de Marzo como objetivo reivindicar la lucha contra el borrado de las mujeres. Para esta agrupación, conformada por diferentes asociaciones por la igualdad y contra la violencia de género, es imprescindible combatir el hecho de poner en duda el concepto de mujer, que se intenta enterrar con neologismos y giros lingüísticos posmodernos que no hacen otra cosa que invisibilizarlas.

Por ello, en esta jornada -marcada inevitablemente por las restricciones que impone la pandemia- se pretende realizar una labor pedagógica que pasa por reiterar cuáles son las discriminaciones que las mujeres sufren ‘de serie’ solo por serlo. 

En este sentido, lejos de ayudar, el preocupante empeño por parte de algunos sectores de diluir qué es ser mujer e infundir una deliberada confusión que pasa por mezclar los conceptos ‘sexo’ y ‘género’ dinamita la lucha feminista.

Todavía, actualmente ser mujer supone en innumerables ocasiones que te agredan desde que nacemos; que controlen férreamente las capacidades sexuales y reproductivas, o que te trasladen la obligación de avergonzarte de tu cuerpo desde la infancia, porque parece que nacen ‘estropeadas’ y tienen fecha de envasado y de caducidad, cada vez más temprana.

En relación con el primer factor mencionado, la violencia de género sigue azotando con fuerza la vida de muchas, acabando en numerosas ocasiones en un asesinato o provocando que ellas mueran en vida.

Precisamente no se puede obviar el infierno que ha supuesto para las mujeres víctimas de maltrato una pandemia que las ha obligado a estar constantemente con su agresor. Las situaciones de crisis -en otro plano, se podría poner de ejemplo la que vivimos en el mercado laboral- son siempre más graves para ellas.

En síntesis, la situación provocada por la COVID-19 está actuando como un velo opaco que oculta la creciente vulnerabilidad de las mujeres e incluso la aludida campaña que pretende borrarlas como sujetos con derechos.

Por todo ello, desde la Coordinadora Feminista esta pandemia no solo no frena sus reivindicaciones, sino que las intensifica. No existe pretexto para dejar de luchar, pues el fin de la desigualdad se encuentra muy lejos y de todas nosotras y nosotros depende encontrarnos en una sociedad equitativa, justa y sin discriminación cuanto antes.