«Desde el balcón» Rufino Hernández pregunta al alcalde de Burgos, quién le presiona para reprimir el trabajo educativo de la Coordinadora 8M con la colocación de carteles en forma de «bocadillos» en las estatuas de la ciudad, y la ordenó quitarlos inmediatamente , quizás para este ayuntamiento de gobierno PSOE, no tenga importancia, ya pasó, no señor alcalde, no pasó.
La mañana del día 8M apareció de fiesta reivindicativa. Las estatuas habían cobrado vida. Manos sensibles las habían cubierto con telas moradas y con pequeños carteles delicadamente atados con cintas, también moradas. Todo funcionaba perfectamente hasta que llegaron las órdenes del Alcalde obligando a quitar los adornos.
¿Qué le pasa al alcalde? ¿Tiene miedos, inseguridades, quién le presiona? No es comprensible que después de un mes de haber sido notificado por las feministas, y sin haberse dignado a contestar, una vez colocados los abalorios, haya reaccionado de forma tan contundente, obligando a quitar los adornos.
La dificultad de comprensión crece, cuando nos enteramos que había dos concejalas del equipo de Gobierno entre las feministas que revistieron las estatuas.
Reprimir una normalidad no es coherente ni de recibo, necesitamos una explicación del señor de la Rosa.